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La praxis del docente como mediadora de los procesos de la formación.

La praxis del docente como mediadora de los procesos de la formación.

¿Qué papel juega la escuela en la formación de los ciudadanos?

El papel de la escuela

No todos los niños y niñas llegan a la escuela en la misma situación. Los que proceden de zonas o grupos socialmente desfavorecidos (desplazados, minorías, hijos de familias desestructuradas, con problemas de alcoholismo o drogadicción, con bajos niveles culturales, carencias de trabajo y recursos, etcétera.) se enfrentarán a su proceso educativo con gran desventaja respecto a los que proceden de situaciones más favorables, hasta el extremo de que, en demasiados casos, ni siquiera alcanzan los objetivos de la etapa obligatoria. Son muchos los jóvenes que, en el tránsito de la primaria a la secundaria, cuando el sistema escolar exige mayor rendimiento al alumno y éste se encuentra con un profesorado acostumbrado a tratar con jóvenes previamente cribados por el graduado escolar, se ven tan desmotivados y retrasados que optan por abandonar su escolarización antes de tiempo (desde los 12 años) y sin posibilidades de inserción en el trabajo.
La escuela supone la segunda gran etapa socializadora en la época actual. En ella aprendemos a relacionarnos con personas (tanto adultas como semejantes) e instituciones (fuente de exigencias y reconocimientos) diferentes a la familia, resultando el eslabón previo la inserción posterior en la sociedad por medio del trabajo.

Esta situación puede conducir a los jóvenes que lo padecen hacia la marginalidad y la delincuencia, como única manera de buscarse la vida a costa de una sociedad que no reconocen como suya porque es incapaz de integrarlos. No se ha de olvidar que tener título de escolaridad obligatoria es condición, aunque insuficiente claramente necesaria, para acceder a la vida laboral, pues lo contrario es sinónimo, cada vez más, de analfabetismo funcional o marginalidad social.

Pero el fracaso no es del individuo que padece una situación de la cual no es responsable. El fracaso es de un sistema social que produce unos desequilibrios graves y del sistema escolar, en particular, que se muestra incapaz de cumplir su función educativa y socializadora con aquellos chicos y chicas que parten de una situación de desventaja económica, social, familiar y cultural.

Por todo ello, intervenir para corregir el problema no es otra cosa que hacer justicia con unos adolescentes que son víctimas de una situación no creada por ellos; y además la sociedad, sobre todo los barrios populares, se verán libres del deterioro social que hoy sufren como consecuencia de las generaciones de delincuentes, cada vez más jóvenes, que la sociedad crea cada año.

Y es en la escuela, en la que pasan la mayor parte de su tiempo los niños y jóvenes, en donde se debe producir esa intervención coordinada de todas las instituciones públicas y las entidades que trabajan socialmente en los barrios, tal y como se prevée en el Real Decreto 299/96 de Ordenación de las Acciones dirigidas a la Compensación de Desigualdades en Educación, que con casi dos años de vida sigue siendo ignorado por parte de quienes tiene la responsabilidad de desarrollarlo.

¿Cuáles son las preguntas que surgen de la pedagogía frente a la formación?

Lo interesante de estos planteamientos no consiste en un abandono de las prácticas pedagógicas, sino en los factores de problema, como son:

•    La falta de explicitación y debate sobre el problema de formación.
•    La indiferencia ante la necesidad de actualizar permanentemente el conocimiento pedagógico.
•    La rigidez excesiva de los planes de estudio y de los estudios curriculares.
•    La dependencia de las Reformas Académicas a factores externos académicos-políticos, labores, etc., que influyen en la determinación de los planes curriculares o en sus modificaciones.
•    La influencia dispersa de variadas tendencias ideológicas, filosóficas, sociológicas, pedagógicas y culturales.

Y de lo que se trata, es apuntar hacia una Modernidad reflexiva, a fin de convertir la formación en parte del gran sistema pedagógico moderno. Y es que se requiere una nueva discusión que oriente, desde unos supuestos teóricos, su misión, fines, su desarrollo y las relaciones de sus funciones: Investigación, Docencia y Aprendizaje.

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